Ritos funerarios prehispánicos: El origen del día de muertos.
La muerte es uno los procesos naturales más fascinantes de nuestra existencia, pues marca el punto de partida hacia algo desconocido y que, aunque se han realizado muchos estudios de diferentes dependencias, nadie sabe a ciencia exacta qué se siente o qué sucede con nuestra conciencia.
De esa manera, cada cultura y religión ha adaptado o creado rituales y procesos distintos en pro de brindar un descanso digno o un viaje prospero a todo aquel que le toque llegar a esa etapa llamada muerte, creando así sus propias tradiciones funerarias.
México es un país que no se queda atrás en esas cuestiones, pues tenemos una de las festividades más reconocidas y respetadas a nivel mundial como lo es “El día de muertos”, en el cual se llevan a cabo ceremonias en honor a los difuntos de acuerdo a la región del país donde uno se encuentre y también a la edad en que falleció la persona en cuestión.
Pero bien, aquí queda la cuestión acerca del origen de esta peculiar festividad mexicana ¿En qué momento fue que se empezó a honrar a la muerte de esta manera?
Los orígenes de esta tradición se remontan a la época prehispánica, en dónde las comunidades y tribus indígenas honraban la muerte durante el noveno mes del calendario solar, como parte de un proceso que tenía como fin el descanso del alma de aquel que fallecía, pues para ellos solo era el inicio de una travesía al Mictlán o inframundo, en dónde se les rendía tributo y homenaje a la diosa Mictecacúhiatl, la dama de la muerte, y a Mictlantecuhtli, dios de la muerte, quienes al recibir las almas de los muertos, los enviarían a una de nueve regiones distintas donde pasarían un periodo de prueba de 4 años, con el fin de encontrar por fin el lugar de su eterno reposo, al que cual denominaban como “Obsidiana de los muertos”.
Para estas culturas prehispánicas, sus difuntos debían partir a este viaje solamente con dos tipos de objetos: Los que el muerto había utilizado más en vida, y los que pensaban que podría necesitar en su viaje por el inframundo.

Cabe resaltar que, con la llegada y posterior conquista de los españoles, las fechas en que se celebraban y llevaban cabo estas ceremonias se tuvieron que modificar ligeramente, terminando oficialmente a ser auspiciadas a finales de octubre y los primeros días de noviembre. Esto a consecuencia que el cristianismo no se pudo imponer en su totalidad, debido al ímpetu en que los indígenas se aferraron a sus creencias, haciendo que los españoles tuvieran que arreglar fechas cercanas y con significado relativamente similar, para que pudiera ser aceptado.
Así que el día de muertos que hoy conocemos, es el resultado de una fusión de tradiciones prehispánicas con las del viejo continente, en donde podemos palpar de manera más pura su esencia en las comunidades indígenas y rurales, dónde se tiene la creencia que las almas de los difuntos vuelven durante esas noches para degustar sus platillos favoritos y pasar una velada con sus seres queridos y así, esperar un año más para poder regresar a estar con sus seres amados.
