En México tenemos la mala fama que todo dejamos para el último momento, y eso seguramente lo has vivido en carne propia o lo has presenciado en más de una ocasión y en cualquier punto de tu vida. Por ejemplo, dejando las tareas de la escuela para último momento, haciendo una reservación para una cena o para unas vacaciones de trabajo, recurriendo al médico cuando una molestia se convierte en un problema, etc. Las situaciones que podríamos utilizar como ejemplo de esta procrastinación sistemática son infinitos, y dejan ver un problema que se ve reflejada en todos los sectores de la sociedad.
La falta de cultura de previsión, por mencionarla de alguna manera, nos afecta personalmente al estar siempre ante la incertidumbre del porvenir y que, si no hacemos algo por tratar de solucionarlo o minimizarlo, nos perseguirá durante varios puntos de nuestra vida, e inclusive hasta el final de la misma.
Bien es sabido que lo único tenemos asegurado en nuestra vida, es precisamente la muerte y justo por ello, es mejor estar preparado para cuando llegue el momento de decir adiós.
La previsión funeraria es un tema poco abordado, pues para un gran sector de la población hablar sobre la muerte sigue siendo muy delicado, sin embargo, es importante considerarlo y platicarlo con nuestros seres queridos en etapas medianas de nuestra vida, pues esto nos brinda una ventana más amplia para considerar nuestras opciones y elegir la que se acomode a nuestros ideales y presupuesto.
Debemos de recordar que el adquirir un plan funerario a previsión además de brindarnos la opción de poder pagarlo al ritmo que veamos más conveniente, también nos brinda confort y seguridad, al saber que no importa que pueda pasar mañana, ya le hemos quitado una pesada carga de encima a nuestros seres queridos.
Hoy es momento de pensar a futuro, no dejemos a nuestros seres queridos, cargas que no les corresponden.
